La toxina botulínica o Bótox es uno de los tratamientos médicos estéticos más importantes y mayormente realizados a nivel mundial debido a la seguridad en su uso, modo de aplicación y variedad de beneficios que garantizan resultados exitosos e inmediatos. A pesar de esto, el Botox todavía puede llegar a generar dudas e inclusive temor en la población sobre su uso en tratamientos estéticos faciales.
Si bien, el Bótox es un conjunto de proteínas neurotóxicas de origen biológico derivadas de un microorganismo conocido como clostridium botulinum, que actúan bloqueando la transmisión de los impulsos nerviosos en el sistema nervioso autónomo. Su objetivo principal es generar relajación muscular de manera temporal para evitar la expresión de arrugas en tratamientos estéticos o manejo de ciertas enfermedades.
El Bótox inicialmente estaba indicado para el manejo del estrabismo; sin embargo, en 1987 la Dra. Jean Carruthers descubrió en un paciente con blefaroespasmo que el uso de la toxina botulínica tipo A, generaba una mejoría de la visibilidad de las arrugas del entrecejo y las patas de gallo. De manera que en la actualidad, la toxina botulínica hace parte importante en los tratamientos médico estéticos del rostro por su perfil de seguridad y por los efectos en la mejoría inmediata en el control de las líneas de expresión y arrugas.
Para entender los beneficios de este procedimiento no invasivo, es indispensable entender ¿Qué es el Botox? A partir de esto, podemos explicar que la toxina botulínica es utilizada a través de infiltraciones mediante una jeringa extrafina en el músculo de la zona a tratar, produciendo inhibición de la trasmisión de impulsos nerviosos, específicamente la acetilcolina dependiente de calcio, generando un bloqueo de la contracción muscular.
Su aplicación con más frecuencia se realiza para las arrugas y líneas de expresión que surgen en la frente, patas de gallina, entrecejo o ceño fruncido. Debido a la complejidad en su mecanismo de acción, este procedimiento debe ser llevado a cabo por un médico especializado con conocimientos sobre anatomía facial.
Para generar resultados naturales, se busca relajar y no paralizar a través de la inyección de dosis de Botox de acuerdo a las necesidades del paciente. Así mismo, los cambios comienzan a evidenciarse casi de manera inmediata después de la primera semana, los efectos finales en el transcurso del mes.
El efecto de la toxina va disminuyendo gradualmente hasta desaparecer por completo. Este tratamiento es completamente seguro y no proporciona volumen en las zonas que se aplica como los productos de relleno, de modo que si deseas nuevamente sus beneficios, puedes optar por un nuevo tratamiento cada 6 meses sin ningún riesgo de efectos adversos.
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Es el tratamiento ideal para aquellas personas que desean tener una piel joven, suave y luminosa.
En lo que se refiere a ¿Qué es el Botox? en el tratamiento de arrugas faciales, el Botox es una técnica que ofrece las siguientes ventajas:
La toxina botulínica o Botox, además de tener fines estéticos fue usada inicialmente en tratamientos médicos, de los cuales destacamos:
No, el efecto de la toxina botulínica es transitorio, el efecto se va disminuyendo gradualmente, el efecto transitorio depende de cada paciente.
El Bótox no concede volumen en las zonas que se aplica, de hecho, muchas de las deformidades faciales que se observan comúnmente en la sociedad se deben a la aplicación de productos de relleno diferentes como al ácido hialurónico como los biopolímeros, además de su aplicación por personal no idóneo.
Solo debe ser aplicado por un médico capacitado, ya que es un medicamento exclusivo de uso médico.
No, este es un tratamiento que puede iniciarse en personas jóvenes, se sugiere a partir de los 30 años, aunque incluso hay pacientes más jóvenes con músculos muy fuertes y dinámicos y su aplicación temprana va evitar que esas líneas progresen por lo que no está realizando una gesticulación tan fuerte.
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